La exodoncia es un acto quirúrgico por el que se extrae un diente o una parte remanente del mismo que ha quedado alojada en el alveolo. La intervención se realiza bajo anestesia local y mediante una técnica sencilla y precisa que no suele revestir complicaciones, salvo la hemorragia posterior y dolor postquirúrgico, además de la posibilidad de que se presente una infección, aunque en la actualidad éstas se producen con escasa frecuencia. Los motivos más habituales para la práctica de una exodoncia son la existencia de una caries y la enfermedad periodontal, si bien también puede ser necesaria en caso de dientes retenidos, supernumerarios, anomalías de posición y situación, dientes temporales o dientes relacionados con quistes y tumores.
Contraindicaciones de una exodoncia:
No se realizará la exodoncia en el caso de que el diente esté implicado en procesos tumorales malignos a causa del riesgo de hemorragia, mala cicatrización o crecimiento y difusión del tumor. En estos casos, la extracción siempre se hará en el bloque de la masa tumoral con los márgenes de seguridad recomendados.
Finalmente, hay una serie de cuadros clínicos que obligan a un control por parte del médico internista y a demorar la exodoncia ante el riesgo de complicaciones que agraven el estado del paciente:
- Diabetes mellitus descompensada.
- Enfermos cardíacos e hipertensos.
- Enfermedades hepáticas o renales.
- Hipertiroidismo.
- Epilepsía.
- Insuficiencia suprarrenal.
- Diátesis hemorrágica.
- Hemofilia.
- Leucosis.
- Agranulocitosis.
- Fiebre de origen desconocido.
- Mujeres embarazadas o con la menstruación, etc.
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